martes, 14 de diciembre de 2010

APRENDIZAJE POR COMPETENCIA

Concepto de competencias
Parece ser que existe hoy en día un cierto consenso, por parte de las Administraciones y sus políticas educativas, en cuanto a la necesidad de implantar modelos curriculares basados en el desarrollo de competencias básicas, en la definición de lo que es una “competencia básica” y en cuáles han de ser éstas.

En el proyecto DeSeCo (Definition and Selection of Competencies) de la OCDE , encargado de definir y seleccionar las competencias consideradas esenciales para la vida de las personas y el buen funcionamiento de la sociedad, se define el término competencia como “Capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz”.

Para definir una competencia como básica, se tienen que dar las siguientes condiciones:
-          Que contribuya a obtener resultados de alto valor personal y social.
-          Que sean aplicables a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes.
-          Que sean beneficiosas para la totalidad de la población para superar con éxito las exigencias complejas independientemente del sexo, condición social, cultural y entorno familiar. Rasgos que definen una competencia:
-          Constituye un "saber hacer". Incluye un saber, pero que se aplica.
-          "Saber hacer" susceptible de adecuarse a diversidad de contextos.
-          Carácter integrador, de modo que cada competencia abarca conocimientos, procedimientos y actitudes.

Competencia básica:
-          Capacidad de poner en práctica de forma integrada, conocimientos, habilidades, actitudes para resolver problemas y situaciones.
-          Básica: debe estar a la alcance de todos los sujetos implicados, es decir, de todo el alumnado de escolaridad obligatoria.
-          Características: se trata de capacidades más que de simples contenidos. Tienen un carácter interdisciplinar. Han de permitir comprender y actuar responsablemente en la realidad de la vida cotidiana.

Sin embargo, el concepto de competencias en educación es algo con unos límites muy borrosos que pueden ser utilizados para muchos fines, cualitativamente muy diferentes. Lógicamente, la traducción a la práctica será diferente. Así, desde un modelo escolar más tradicional, academicista y conservador, se enfocarían hacia competencias-destrezas. Desde un modelo de aprendizaje crítico habría que hablar de competencias personales y acción colectiva (aunque incluya las habilidades técnico-prácticas como herramienta).

No es igual, por tanto, hablar de competencias generales que de competencias a nivel más concreto y/o inmediato. Lo primero se acerca más a la idea de capacidad demostrada (aunque sea una mezcla de ellas), puede usarse para una formación más integral y supone menor problema de orientación hacia los intereses de las grandes corporaciones económicas (para diferenciar capacidad de competencia, podríamos pensar que la primera es un desarrollo más de dentro hacia afuera y la segunda de fuera hacia adentro). Por ejemplo, la competencia comunicativa que puede desarrollarse en todos los campos de la vida y bajo el prisma de cualquier interés, es algo que le interesa tener a la persona independientemente de los intereses que la promuevan. En cambio, si hablamos de competencias definidas de forma más concreta, estaremos refiriéndonos a intereses más definidos en los que que ya no está tan claro que puedan aplicarse a cualquier campo y ámbito de vida (al menos con la orientación dada). Tal sería el caso del “espíritu emprendedor”, que aparece en la competencias europeas, que suele ligarse a la iniciativa económica capitalista (si alguien lo quiere aplicar de otra forma ahora, deberá redefinirlo).

Líneas de desarrollo que proponemos

Orientar cada competencia, hacia “competencias para la vida”, dándole una definición, clara, sencilla y aplicable; dirigida a cubrir ámbitos de vida de la persona.En el cuadro adjunto se incluyen ejemplos

Desarrollar el término de competencia colectiva y solidaria como un elemento que busca el bien común y la transformación social.
Hay que tener en cuenta que a nivel empresarial también se define, (redes de información, intercambios, decisiones compartidas, etc.), pero se le da la finalidad de búsqueda de la eficacia para el bien de la empresa. Con el desarrollo de la competencia emocional se podría decir algo parecido: puede entenderse de manera que suponga saber acercarse a otras personas y compartir o cómo “me sé controlar para dominar mi entorno”.

Tener en cuenta cuál es el referente cultural y experiencial del alumnado, tanto para partir de él al desarrollar las distintas competencias, como para ofrecer diversidad de procesos para realizar una determinada actividad. Se posibilitaría así, desde esta diversidad de formas, la integración de diferentes saberes y el pensamiento creativo y divergente ante la búsqueda de soluciones.

Competencias en los centros
Desarrollar modelos para llevar a cabo la aplicación del aprendizaje de competencias desde los centros respecto a:
-          Las condiciones de vida en los centros (actividades, convivencia, etc.)
-          El enfoque más pedagógico colectivo, de manera que se preserve o apoye el planteamiento global, en vez de la interpretación más academicista y/o parcelada que se haría desde cada área.
-          Criterios de evaluación: realizar un análisis comparado de los criterios de evaluación, más en detalle, como forma de ver cuál será la exigencia y la traducción a la realidad de las competencias (“más real”); haciendo más hincapié en el “saber hacer”, poniendo especial cuidado en los últimos cursos de la enseñanza obligatoria; también habría que evitar mezclar criterios de evaluación con actividades concretas.
-          Especificar la metodología dentro del desarrollo de cada una (actividades, uso del espacio, de los tiempos, de las agrupaciones, etc.).

Partir de un concepto esclarecedor de los términos, que sirva para llevarlos realmente a la práctica
El trabajo por competencias, si se asume, debería ir ligado a todos los campos de la vida de la persona y no referirse sólo a alguno determinado (aunque eso fuera también problemático por su relación con los fines educativos generales => hacer personas abiertas a nuevas prácticas y trabajos y poco nivel crítico).

En el desarrollo de las áreas también se deberá dar la vuelta al planteamiento más habitual.
Si se quiere hablar de competencia para la vida, habrá que definir la finalidad y los ámbitos en que se desarrollarán primero, para entrar después en los contenidos, capacidades, destrezas, etc. que serán necesarios para llegar a aquellas.

Se podría seguir un esquema similar al que proponemos desde Concejo Educativo para el desarrollo de la "actividad con sentido”.

El ámbito a educar es el punto de partida, y el contenido, entendido de forma global, debería supeditarse a él. Es lo que denominamos “contenido aplicado”, es decir, el contenido es un instrumento de aprendizaje y de desarrollo personal y social, en los distintos ámbitos de vida, actúa como mediador entre nuestro alumnado y los fines educativos, entre el alumnado y el mundo. Los contenidos nos informan sobre el mundo al tiempo que nos forman como personas individual y socialmente.

Resumiendo, podemos decir que el planteamiento de competencias puede ser viable y aceptable si elegimos las posibilidades positivas que tiene: plantearse el educar ciudadanos y ciudadanas en vez de enseñar; partir de la realidad y tratar de incidir en ella; hacer planteamientos globales a cualquier nivel y edad; si se plantea el interés compartido y común del colectivo en conjunción con el individual; etc. También es necesario el desarrollo del término de competencia colectiva y solidaria como un elemento que busca el bien común y la transformación social.

Sería rechazable el planteamiento de competencias si las mismas variables se supeditan a opciones e intereses economicistas: formar trabajadores y trabajadoras y consumidores o consumidoras útiles, partir de la realidad pero tratar de supeditar al alumnado a ella, hacer planteamientos fragmentados en que las “decisiones” y el análisis global se “escapan” a la persona que sólo debe asumir lo que le dicen, si se plantea desde el interés individual, incluso como utilización del colectivo al que pertenezca, etc.


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